No dejo de buscar tus tibias manos,
ni el eco paulatino de tu voz…
tampoco ese lugar en donde anclamos
ciñendo nuestra piel a su calor
No dejo de mirar tus ojos negros
cual noches derramando su color…
ni puedo imaginarme sin tus besos,
y jamás voy a rendirme ante tu amor!
Eileen
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